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46 ¡Ay de ti, Moab!
¡Estás perdido, pueblo de Quemós!
Van tus hijos cautivos al destierro,
tus hijas caminan deportadas.
47 Mas después que pasen los años
cambiaré la suerte de Moab
—oráculo del Señor—.
Hasta aquí la sentencia contra Moab.

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